Mis Pequeños Cuentos
LA PRINCESA
QUE SE CONVIRTIO
EN AVE
PRINCESA QUE SE COVIRTIO EN AVE
Autor: Ernesto Castillo Tafur
Zenobia después de regresar del lago
donde pasaba las tardes, tribulada por
el movimiento que había en el ayllu QollaRumy con los preparativos por la
llegada de la Comitiva Real y que el periplo del Inca, quien había comprendido
después de mucho tiempo, considerar una estancia en ese olvidado ayllu; la
comunidad entera al mando del Curaca Macedonio, quien se desempeñaba desde
muchas décadas de tal cargo y se consideraba pariente lejano del Inca soberano,
del Imperio Incaico; decidió hacer el
recibimiento oficial a la Real Comitiva. Había mandado construir las
habitaciones donde pernotaría el monarca, que no eran las mismas que usó en
periplos anteriores; con cientos de albañiles expertos en construcción daban
forma al recinto real que sería
construido con barro de tierra colorada traído de
la cordillera de los Andes Meridionales y con la mejor paja seca de los
prados, para darle la consistencia
a la argamasa que irían en los muros; se cortaban los mejores arboles de eucaliptos
para los umbrales de puertas y ventanas, también los travesaños de techos, todo esto se realizaba, aparte de acondicionar los
caminos donde pasaría: primero la
Comitiva Real y otro camino para la
legión de súbditos y guerreros que
llegaban a los 10,000. Habían llegado los mejores preparadores de caminos a la
comunidad y ya se encontraban laborando día y noche alumbrados por teas
embebidas de grasa animal. Zenobia
miraba asombrada el movimiento que había en su comunidad y recordaba que cuando
era niña, una vez al paso de la comitiva real, ella se encontraba en el Comité
de Recepción por ser la hija del Curaca
y asomase el Inca Real e
inclinándose bastante, en vista de su enorme estatura, saludó a la pequeña Zenobia dándole un
pequeño pellizco en una de las mejillas, en señal de su aprecio especial que
solía dar a las personas que más le agradaban, con sus enormes manos y dedos
grotescos y uñas sumamente cuidadas llenos de anillos de un oro reluciente con
incrustaciones de piedras preciosas de colores; llamó la atención de la niña y
que hasta ahora recordaba. Ella convertida ahora en una QOLLA o doncella de extraordinaria belleza, sus facciones
perfiladas propias de la gente del Ande y el color de su piel canela y
tornándose a un color morado el de sus
mejillas, azotadas por el intenso frio y
el sol de los andes; su nariz perfilada y sus ojos negros intensos como la
noche pero llenos de inocencia y candor eran poseedores de unas largas
pestañas que batían sin cesar ante
cualquiera sorpresa y que solían expresar su soberbia belleza Inca. Zenobia era
muy grácil, de modales cuidadosamente refinados y sutiles que embellecían aun más
su presencia. Su cabellera de color negro azabache ordenadas en dos trenzas que le caían sobre
los hombros hasta llegar hasta la cintura y adornadas con flores silvestres recién cortadas, y su
atuendo juvenil consistente en una túnica de color blanco bordada con hilos de
oro formando figuras antropomorfas, amarrado a la cintura que ceñían su esbelto talle pronunciando
sutilmente su torso como si hubiera sido esculpido por un hábil escultor y sus
pronunciados senos adornaban su figura grácil y esbelta. Toda ella de enorme
estatura, embelesaban a todo aquel que osara dirigirle una mirada a la bella Zenobia que deslumbraba a muchos,
con su andar sigiloso y armonioso, característico en ella por que se
desplazaba con una cadencia en casi de
puntillas, cual si fuera una gacela en su libre albedrio.
El
Curaca del pueblo quien era su padre,
iba orgulloso de su hija destinada a integrar el grupo de las ñustas
(adolecentes vírgenes) o vírgenes del Sol, cuyas residencias era el Accllahuasi
del pueblo y criadas por las Coyas
(madres al cuidado de estas vírgenes)
destinadas a ser la esposa del Inca Soberano.
La oportunidad de la llegada del Inca en su periplo
por todo el Imperio Inca; lo realizaba
durante un año y anunciado por los chasquis para el abastecimiento real, es decir debía
ese Ayllu proporcionar alimentos y bebidas para todo la Comitiva Real y para los diez mil súbditos que
lo acompañaban. El Curaca fascinado con
tamaña visita real del Inca Soberano en sus dominios, había emprendido una
serie de obras como la ampliación del Huancapuquio o sea el manantial de las
piedras sagradas, la remodelación del Intihuatana (el reloj solar) , la plaza para albergar a
toda la comitiva, el nuevo sillón para el monarca con las mejores maderas de
caoba de las montañas y con incrustaciones metálicas de oro y plata construyéndolo
una legión de orfebres. La rehabilitación de las Accllahuasis o sea
el recinto de las doncellas vírgenes que habitaban con exclusividad en ese
lugar cuidadas por las mamaconas y que eran escogidas con el requisito de tener entre los 13 a 18 años, de una
belleza singular, cuya cabellera debía llegar hasta la cintura, de rostro puro
y limpio. Donde se les enseñaba a tejer, bordar, atención al soberano, modular
su voz, y de refinados modales y especialmente su grácil andar, pues cualquiera
de ellas estaría disponible y apta para la elección del monarca Inca cuando llegare en su periplo
del recorrido Inca a través de todo el Imperio. Zenobia destacaba entre todas
las doncellas por sus cualidades innatas por eso pasaba noches enteras bajo el
cielo andino despejado y lleno de estrellas contemplando la luna en una
incansable espera El Curaca de Qolla Rumy, seguía construyendo mas
edificaciones, procuraba mas cosechas, las almacenaba en grandes silos, las
mujeres quechuas seguían tejiendo en grandes telares tejidos de vistosos colores e iban almacenando vestidos para el ejercito
que acompañaba al inca, se confeccionaba ojotas, arcos, flechas, escudos,
vinchas con plumas de colores para los guerreros, lo mismo que se
almacenaban alimentos y que se seguían
sembrando y cosechando. También una legión de orfebres preparaban los adornos de oro que era la
vestimenta y de adornos como pecheras de oro con decorados de piedras preciosas
, traídas de unas minas de oro y plata ,
ceramistas se daban cita para producir utensilios de cerámica , alfareros de
distintos sitios del imperio venían a preparar , otros traían las mejores
arcillas de distinto cerros del imperio, por mucho tiempo se seguían realizando
estos menesteres
. Zenobia se trasladó a una extensa
loma no muy lejana donde pasaba mucho tiempo en un compas de espera a la llegada del Inca, soportaba, tormentas,
lluvias, olas de calor, olas de frio intenso pero seguía allí incólume ante las inclemencias del clima, solo atinaba
a beber el agua de un arroyo que nunca se secaba, así estuvo mucho tiempo,
muchos años, la lozanía de su rostro iba deteriorándose, la comisura de sus
labios iba transformándose , sus brazos
iban tomando raras formas como de alas, su cuerpo se iba encorvándose y
ella seguía allí esperando la llegada del inca en lo alto de la loma; refugiada
en una oscura cueva que solo ella podía habitarla, solo su padre el Curaca de
QollaRumy era capaz de llevarle alimento que no consumía ingiriendo solo agua
del arroyo. El Curaca la consolaba diciendo en la pronta llegada cada vez del Inca, ella sentía
mucho dolor de sentirse muy frustrada, solo le quedaba esperar el dia, no sabía
cuándo; pasaban los días, meses, años y se le hacían interminables los días de espera..
Cuando un buen día el ayllu QollaRumy se llenó
de júbilo, el Inca Supremo del Imperio Incaico, al que todos adoraban, hacia su ingreso con diez mil guerreros los
que venían trotando sin parar, formando a cada lado del camino una interminable
hilera y en el camino del centro especialmente construido con tierra roja
compactada en forma de alfombra cuyo color era proveniente de los Andes. transitaba la litera y la comitiva del Inca .El Inca soberano a lo lejos era divisado
por el Curaca del pueblo que no
alcanzaba a distinguir muy bien por la enorme nube de polvo que
levantaba al trote del ejercito de guerreros
que en avanzada venían liberando el camino de cualquier obstáculo ;
cuando el Inca se encontraba cerca de la plaza principal a lo lejos donde se
encontraba Zenobia , se iluminó el cielo de una luz blanca intensa que fue
capaz de deslumbra todo el cielo y a la comitiva real y dentro de la cueva
salió una ave de un bello plumaje de
color blanco níveo con un pico de color primaveral y unos ojos vivaces y sobre la cabeza del ave lucía una pequeña
corona de oro finamente elaborado como
si fuera a ceñir la testa de una princesa y con un vuelo cadencioso y
grácil ante la atenta mirada del Inca y
su comitiva real se fue a posar sobre el brazo que había extendido el monarca y
con el ave en su brazo el Inca hizo su ingreso a la plaza principal , Zenobia
convertida en ave de color blanco hizo cumplir su sueño de ser poseída por el
Inca.y donde la comarca se llenó de júbilo dando ¡vivas¡ al monarca Inca y a su bella Princesa. Zenobia convertida en
ave expresaba su júbilo con bellos
graznidos. FIN.
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